Los jardineros suelen comprar dos de ellas, una de motor o de tractor y la otra manual para las zonas en las que una máquina con ruedas no puede acceder bien. En este caso, cuando hay una pared o una verja se cambia a trabajar con desbrozadoras pequeñas y ligeras para que todo el césped quede al ras y no queden visibles hierbajos altos.